Solo recorría la ruta marcada por la más pura inercia, en la cual, el paso que va delante no dirige la marcha, sino que, empujado por el que viene detrás, avanza porque no le queda otra alternativa. Y así, un paso lleva al siguiente de la mano de la rutina, sin quererlo i sin querer evitarlo.

Robe Iniesta. El viaje íntimo de la locura.

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